Al tomar los saleros y darles un uso tan “extenuante”, los vamos estropeando y ensuciando y cuando nos percatamos, nuestro querido salero es solo un conjunto de manchas, la sal se encuentra totalmente apelmazada y su aspecto no es el mas aconsejable para una cocina que se considere limpia.
La primera idea es deshacernos de él e ir a comprar uno nuevo, pero eso no es necesario; dejarlo reluciente y ahorrarnos unos pesos es muy sencillo.
Para ellos simplemente debemos lavarlos con agua caliente con un chorrito de vinagre, aclararlo bien y dejarlo secar.
Recuerda que es fundamental que el salero este perfectamente seco antes de incorporar la sal dentro.
Si quieres acelerar el proceso de secado del salero, puedes ayudarte con un secador de pelo.
Nota. No olvides colocar unos granitos de arroz a la sal para evitar que se humedezca.
La primera idea es deshacernos de él e ir a comprar uno nuevo, pero eso no es necesario; dejarlo reluciente y ahorrarnos unos pesos es muy sencillo.
Para ellos simplemente debemos lavarlos con agua caliente con un chorrito de vinagre, aclararlo bien y dejarlo secar.
Recuerda que es fundamental que el salero este perfectamente seco antes de incorporar la sal dentro.
Si quieres acelerar el proceso de secado del salero, puedes ayudarte con un secador de pelo.
Nota. No olvides colocar unos granitos de arroz a la sal para evitar que se humedezca.
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